Contemplo embelesada en el recuerdo,
en loca sensación de dicha plena,
enredada en el enigma de tu verbo
y atada a esta pasión que me encadena,
el negro de la noche en tu cabello.
Tentación que invade mis sentidos;
me obligo a reprimir una caricia
que en mágico temblor sugiere el alma,
exhalando el deseo en mis suspiros.
El arrullo del cielo en tus acentos
es palabra dulcísima y serena,
que desnuda tus más puros sentimientos
y me inunda de ternura y paz eterna.
Y una lágrima aflora en nuestros ojos
por querer aferrar firme en las manos,
la fragancia de un amor tan bien guardado
que ha vencido el tiempo y los despojos
más allá de épocas y espacio;
que persiste y vive en la distancia,
que supera en límite lo humano,
en un cofre inusual de lo sagrado
con ausencia de todo lo profano.
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