miércoles, octubre 21, 2020

CoronaVirus

 


¡Sorpréndeme!

 

…Y se detuvo el mundo

en un penoso encierro

con un temor profundo

amargo como el fierro.

 

Con el distanciamiento

frenando la pandemia

de un virus raro y cruento

cesó hasta la academia.

 

Sin saber con acierto

el rumbo del destino

el miedo anda despierto

ante el vil asesino.

 

La terrible experiencia

va imprimiendo su huella

sin mando de la ciencia

veloz como centella.

 

El egoísmo priva

sin escrúpulo alguno

en tanto la diatriba

no da paso oportuno

entre salvar la vida

y el capital  hambruno

 

Se suspendió el abrazo

y el afectuoso beso

por un saludo escaso

con algún gesto expreso.

 

Añorándose entonces

aquel calor cercano

que otrora tuvo el hombre  

al estrechar la mano.

 

Se valoró sin prisa

al que fuera mundano

y aún más la sonrisa

del hijo y del hermano.

 

Ojalá que al andar

cuando vuelva la calma

hayamos aprendido

lo que hay que valorar

y a mirar con el alma

después de lo vivido.