domingo, julio 29, 2012

Érase una Estrella


Yo miraba esa estrella
tan vistosa y distante,
que por ser la más bella
se mostraba arrogante.

La aguardé cada noche
hasta que apareciera,
hasta que con derroche
sus destellos luciera.

Un raudal de luceros
su entorno engalanaba,
que celaban austeros
el albor que emanaba.

La egocéntrica luna
de envidia se teñía
y, vestida de espuma,
su consuelo era el día.

Mas, la mágica estrella, titilando dichosa
su fulgor acentuaba,
pícara y caprichosa,
mientras yo la miraba!

Leyla Martin. 2012. (Derechos Reservados ANP)