si estarás en mí, presente.
Ha de pasar la vida,
ha de llegar la muerte
y tendré siempre tu nombre
y tu mirada enternecida,
aferrados a mi mente.
Al latir de esta emoción
que me consume inclemente,
casi pierdo la razón
y al volver a estar consciente
llora triste el corazón,
porque el mundo de tu amor
no habrá de pertenecerme.
Y apresaré en la ilusión
de mis sueños más dementes
el recuerdo de este amor
que guardaré eternamente.
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