Ay, mi Cristofué
querido,
hoy has perdido a tu
amor.
Con el corazón herido,
te abruma tanto dolor.
Tu hermosa dama café
fue presa de un
espejismo;
quebrando su buena fe
la precipitó al abismo.
Cegada por su
ignorancia,
la traicionó el
resplandor,
en la falsa
transparencia
de un cristal
embaucador.
Su vuelo se interrumpió
abrupta y certeramente,
la fatalidad rompió
su futuro tristemente.
Creyó que abría sus
alas
hacia el espacio
infinito;
la muerte enfiló sus
balas
enmudeciendo su grito.
Su recuerdo has de
guardar
en tu pecho atesorado;
juntos no podrán volar,
se convirtió en tu
pasado.
En cada nueva alborada,
tu canto se ha de escuchar
en memoria de tu amada:
¡es tu forma de
llorar!
Leyla Martin.
Septiembre 17,
2015. (Derechos Reservados ANP)
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