miércoles, mayo 30, 2012

Divagando


Amarga vigilia de minutos sin fin,
enredados en la seda del capullo
de una crisálida amarada por las horas,
en el negro vacío sin murmullo.

Doblando en el diario enmohecido
del recuerdo en la distancia,
mil suspiros sin destino,
que levitan al umbral de la esperanza.

En sopor de densa niebla
se funden las luces y las sombras,
con aroma a rosas ya marchitas,
donde enjugan su llanto las alondras.

Umbrío presagio que asesina
las simientes del sueño que no alcanza,
arrastrada por la brisa marina,
el alma errante, noctámbula y descalza…

Leyla Martin, 2012. (Derechos Reservados ANP)

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